06:30 a.m. / 30 dic 2015
Última noche del año y con insomnio, cómo no.
El año muere hoy y yo pensando en si voy a poder trasnochar mañana
Y el caso es que oigo voces y también música...
Lorca escribió aquella famosa sentencia: "como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir". O esta, que viene al hilo del asunto: “la creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces, no se sabe de dónde…”
Pues es verdad..., comenzó como la penúltima reflexión anual y se convirtió en el, creo, último poema del año. Y allá van, directas a perderse en el éter, las palabras y el indescifrable…
ÚLTIMO POEMA DEL AÑO
Tendido
de espaldas sobre el sofá
la estancia en absoluto silencio
la estancia en absoluto silencio
el olor
a café recién molido
sobre
las seis de la mañana
oigo el
tic tac del reloj de pared
ese que compré en un chino…
ese que compré en un chino…
el
batir lento del tiempo
el
repique sordo del corazón
el año que muere lentamente
en la cocina vibra el congelador
el año que muere lentamente
en la cocina vibra el congelador
en
febrero te fuiste sin avisar
sin
tiempo para despedirnos
recuerdos de una vida
que la lluvia no puede esconder
viene una canción y los borra
mientras veo a la humanidad en espejos
que atrapan la luz estancada
recuerdos de una vida
que la lluvia no puede esconder
viene una canción y los borra
mientras veo a la humanidad en espejos
que atrapan la luz estancada
en un
mundo de inútiles misterios
al
borde del abismo no hay coartadas
y en la calle alguien estará esperando un autobús
y en la calle alguien estará esperando un autobús
otro
tal vez sentado en el desolado bar de una estación
mira
por la ventana y aplasta el cigarrillo en el suelo
antes
de subir al tren
temiendo
la oscuridad del último peldaño
pero es
ese tic tac lo más terrible de todo
que me alquilen por fin esa tumba
que me alquilen por fin esa tumba
que
pongan un puntal
sobre
el techo que se derrumba
que
junten por fin mis papeles en blanco
y sobre
la pendiente del talud
entre
los ruidos de la noche
que
suene esa música fantasma
la
oscura cadencia de un blues
en el piano de la cantina
en el piano de la cantina
existir
es una trampa del pasado
es como
mirar atrás y mojar los labios en whiskey
contemplando
la linde traspasada
como si fuera de nuevo
la primera aventura.
como si fuera de nuevo
la primera aventura.