jueves, 31 de diciembre de 2015

EL ÚLTIMO POEMA DEL AÑO



06:30 a.m. / 30 dic 2015
Última noche del año y con insomnio, cómo no. El año muere hoy y yo pensando en si voy a poder trasnochar mañana Y el caso es que oigo voces y también música... Lorca escribió aquella famosa sentencia: "como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir". O esta, que viene al hilo del asunto: “la creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces, no se sabe de dónde…”
Pues es verdad..., comenzó como la penúltima reflexión anual y se convirtió en el, creo, último poema del año. Y allá van, directas a perderse en el éter, las palabras y el indescifrable…

ÚLTIMO POEMA DEL AÑO

Tendido de espaldas sobre el sofá
la estancia en absoluto silencio
el olor a café recién molido

sobre las seis de la mañana
oigo el tic tac del reloj de pared
ese que compré en un chino…

el batir lento del tiempo
el repique sordo del corazón
el año que muere lentamente
en la cocina vibra el congelador

en febrero te fuiste sin avisar
sin tiempo para despedirnos
recuerdos de una vida
que la lluvia no puede esconder
viene una canción y los borra

mientras veo a la humanidad en espejos
que atrapan la luz estancada
en un mundo de inútiles misterios

al borde del abismo no hay coartadas
y en la calle alguien estará esperando un autobús
otro tal vez sentado en el desolado bar de una estación
mira por la ventana y aplasta el cigarrillo en el suelo
antes de subir al tren
temiendo la oscuridad del último peldaño

pero es ese tic tac lo más terrible de todo

que me alquilen por fin esa tumba
que pongan un puntal
sobre el techo que se derrumba
que junten por fin mis papeles en blanco
y sobre la pendiente del talud
entre los ruidos de la noche
que suene esa música fantasma
la oscura cadencia de un blues
en el piano de la cantina

existir es una trampa del pasado
es como mirar atrás y mojar los labios en whiskey
contemplando la linde traspasada
como si fuera de nuevo
la primera aventura.