miércoles, 25 de marzo de 2020

PERROS


Me miro un día más en el espejo de la calle
veo rostros mudos que no dicen nada
caras que miran preocupadas
ojos tras el cristal de unas gafas ahumadas
enfocan el mismo punto del infinito
buscando a alguien que les dé una respuesta.

Veo perros abandonados en la acera desierta
perros con collar, con chip también, supongo
perros que pululan solitarios husmeando
las farolas mortecinas del amanecer de mercurio líquido
de la fina lluvia que cae lánguidamente
humedeciendo mis párpados abiertos a la luz
de un día más cayendo a plomo sobre la ciudad dormida…

Perros condenados por un amo egoísta e impío
a vagar por las aceras buscando el sustento
perros que el virus no enfermará
no los matará el virus
los matará el hambre y la soledad
a las que han sido entregados
por un ser humano cobarde y enfermizo
especie cruel y ponzoñosa
culpable ante los jueces
culpable ante los dioses
especie a la que la madre Tierra
los cuatro elementos
aire, agua, montaña y fuego
vendrán dando su merecido.

Me cruzo con un hombre de sombrero y bastón
gafas negras, mascarilla y una bolsa en la otra mano
no me devuelve ni la mirada ni los “buenos días”
camina despacio sin prisa hacia su propia agonía.

Subo a casa
suelto al perro
dejo la compra en la cocina
me lavo las manos
y fabrico desinfectante casero
con una botella de lejía.



lunes, 23 de marzo de 2020

DESAPARECER





                                    Dedicado a Hilario Camacho

Cazador de nubes
nos despertamos hoy
entre las mismas trampas
entre vestigios de verdad
que no dejan huella
las dudas sobre la mesa
las cartas marcadas
los problemas en un cajón
el concierto cancelado
esperando el aplazado repertorio...

Calles desiertas, llueve, siento frío.

Huésped de la niebla
entre las cenizas
errante camino
como un ángel
por los días sin luz.

Y extiendo mis alas blancas
el llanto y el fruto del azar
están tirados en la cuneta
lo dulce y lo amargo
se abrazan al sinsentido
lo inmutable se tambalea
los sueños que dejamos ir
se desvanecen en la niebla
como el humo azul de una locomotora

Bailar entre las flores
seguir cantando tras el cristal,
vida y muerte se reflejan
sobre una mascarilla
arrojada a la acera mojada...

Miro al horizonte de la mañana
en ciudades lejanas veo
como la mentira
el virus del miedo campa flotando
entre los pixels de las pantallas.

Ladrar o aullar
escuchar los ladridos del perro mágico
o el eco del aullido del perro asirio.

Si queréis volar
como un hombre libre
os propongo un plan:
cantar una canción
y desaparecer.




(C) Lewis Romero, 2020
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