EL HALCÓN LOCO
Vuela el Ángel
El Halcón Loco
llegó sin avisar,
por sorpresa,
súbitamente,
en un día de retornos
a un pasado inolvidable.
El pájaro mágico estaba allí,
en lo más alto del roquedo,
escrutando el horizonte,
vigilando la explanada llana.
El pecho blanco moteado,
el borde de sus alas casi azules,
las garras afiladas,
el elegante porte aristocrático lo delata.
Por sus dos grandes ojos
se desliza su naturaleza de príncipe.
Observa su territorio,
su tierra mítica,
que se ha convertido
en un Universo triste
donde al caer la noche
campan la soledad y el miedo.
“No hay horror que supere
la crueldad del mundo
creado por los hombres”
piensa para sus adentros.
Su vuelo mágico es una danza al viento
en el cielo inmenso y contaminado.
Su vuelo es elegante, veloz y bello.
El principio de un nuevo orden.
El primer grano de arena
arrancado a la montaña oscura.
La primera presa.
La observa.
La elige y se lanza en picado.
Y la abraza.
El abrazo de la muerte
para la paloma negra,
una cuchillada
entrando lentamente
en sus podridas entrañas.
Arriba, en su nido,
sus ojos desprenden
esa mirada cautivadora
que sólo existe
entre los de su estirpe.
Copyright © Luis Romero, 2006
Poema extraìdo del libro 'El Remolino' (Luis Romero, 2006)
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