sábado, 1 de enero de 2011

POEMARIO ‘El Remolino’, Leyendas: LA VERDAD



LA Verdad



Contemplando desde la celda de los desposeídos
el helecho gigante
que daba sombra a la torre almenada,
allí donde las palomas blancas
alzan su vuelo al sol
y disfrutan de su retiro,
allí,
entre los marginados de la vida real,
entre los que son como yo,
vi la Verdad.

Allí, en la misma linde del cruce,
la definitiva encrucijada,
donde se cruzan esos caminos
largos y tortuosos
tantas veces equivocados,
allí estaba aguardándome.

Allí, en la frontera 
donde al otro lado
los manantiales fluyen sin fin
regando los huertos 
y las flores silvestres
de los árboles salvajes,
no deformes,
no enfermos,
genéticamente puros.
Allí estaba.

Sigo preso
en este inhumano calabozo
pero como los tenores
con gracia canto al cielo
mi canción de amor desesperada.
¡Soledad que no elegí, dama maldita!
¡Despierto estoy de tu mortal beso!

Miro al helecho y siento su ritmo,
sus verdes hojas acompasadas
por el viento del Norte.
Y el viejo me mira,
sonríe como si no pasara nada
y me dedica 
una blanca espiral aterciopelada.

En la ciudad de las palomas negras,
de los fúnebres fantasmas enajenados,
frunzo el ceño cuando contemplo
a través del polímero cristal del sueño
las rejas blancas de mi celda,
como la serpiente escupe
su negro veneno ponzoñoso,
sobre las tierras fértiles del Sur.
En los surcos de la tierra
va sembrando el terror y la injusticia.

Pero llega ya la hora del Unicornio Blanco
que a la víbora ensartará
en su negro corazón
dándole tamaña muerte.


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Copyright © Luis Romero, 2006

Poema extraìdo del libro 'El Remolino' (Luis Romero, 2006)



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