miércoles, 12 de enero de 2011

Dylan sobre Dylan



En 2006, Global Rhythm Press publica esta antología seleccionada por Jonathan Cott, fundador de "Rolling Stone" (y traducida en 2008 por Miguel Izquierdo). Treinta y una entrevistas con el mítico trovador. Treinta y una conversaciones seleccionadas por el periodista Jonathan Cott que nos ofrecen muchas imágenes de Dylan desde 1962 hasta 2004. Una aproximación a la evolución del hombre que hace cincuenta años se presentó con una guitarra y una armónica en el Greenwich Village neoyorquino para cambiar la historia de la música.

Dylan sobre Dylan incluye legendarias entrevistas como las seis concedidas a Rolling Stone, la conversación con Nat Hentoff en 1966 para Playboy, el diálogo casi teatral que mantuvieron Dylan y Sam Shepard para Esquire en 1987 o la charla entre el cantante y A.J. Weberman (East Village Other, 1971). Una compilación memorable a medio camino "entre la biografía, la historia oral la lección de música o psicodrama” como la ha definido The New York Times.

Jonathan Cott, antólogo de esta obra y tal vez el más cordial de los escritores que han hablado con Bob Dylan, es editor adjunto de Rolling Stone y ha colaborado en The New York Times y en el New Yorker. Es autor de otros libros entre los que destacan On the Sea of Memory, una biografía crítica de Bob Dylan, Conversaciones con Glenn Gould y de numerosos volúmenes de entrevistas como Visions and Voices.
Pero ya lo dice la contraportada: ¿Cómo se retrata al santo más esquivo del calendario? Con palabras nunca será por mucho tiempo, ya que el bendito personaje cambiará enseguida de disfraz o se bajará del altar antes de que terminen el dibujo. Esto me recuerda el comentario de Virginia Woolf en Orlando de que “para que una biografía se considere completa basta con que rinda cuentas de seis o siete yoes, mientras que una persona puede tener muy bien miles”. Así, uno no puede dejar de pensar en cuánto habrá explorado Dylan la naturaleza fragmentada de su ser. Puede que esa sea su gran virtud.

Nadie puede conocer a Bob Dylan. Ni siquiera él mismo. Esa es la conclusión que uno saca al leer este revelador libro, muy recomendable y que hará disfrutar no sólo a los dylanófilos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario